Antonio Álvarez Álvarez, es el mayor de cinco hermanos, es hijo, nieto y bisnieto de viticultor. La tradición de cuidar viñedos, es tan antigua en la familia que se desconoce el momento de origen.
El conocimiento y el saber, se ha ido transmitiendo de generación a generación, pero en el caso de Antonio, el aprendizaje ha sido prematuro, dado que al fallecer su padre cuando él solamente contaba 10 años, tuvo que hacerse cargo de todas las tareas del campo, de la bodega e incluso del bar familiar.
Antonio ha cuidado los viejos viñedos de su padre, los ha ido renovando, ha ido adquiriendo nuevas parcelas y ha construido una pequeña bodega, en una zona privilegiada de Cangas del Narcea (Asturias), llamada La Galiana.
El saber de Antonio Álvarez, guía los trabajos en los viñedos y en la bodega y entiende ese proyecto como un mundo, en el que es imposible separar sus vinos y su vida.
Su carácter amable, abierto y emprendedor, hace que su vino sea muy conocido y que las visitas a su bodega, no sólo sean una visita turística, sino también una ocasión para conocer la cultura y la tradición de la viticultura de Cangas.